Vender tu casa no es solo poner un letrero y esperar ofertas mágicas. Hay errores que matan la venta antes de que empiece. Aquí van tres clásicos:
Dejarla como zona de guerra
Si tu casa parece campo de batalla entre niños, mascotas y ropa sucia… los compradores huyen. Orden, limpieza y un toque neutro.
Sobrevalorarla por “sentimentalismo”
“Mi casa vale más porque aquí crecieron mis hijos.” Lo entiendo… pero el mercado no compra emociones. ¡Precio justo o no hay fiesta!
Quedarte durante los recorridos
Nadie se siente cómodo con el dueño respirando en la nuca mientras ve el baño. Déjalos imaginar su vida, no la tuya.
Conclusión:
Una casa bien presentada y bien valorada se vende más rápido y por más dinero.
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